La literatura ha sido una de las fuentes de inspiración para muchos artistas visuales. El reto que ahora asumen los integrantes del Círculo, consiste en tomar una obra escrita en forma de cuento o relato considerada una obra de terror. A partir de la obra seleccionada se construirá una propuesta visual que cuente la historia, que recree una escena o que sintetice un concepto o personaje. Un ejercicio muy interesante en el que la única prohibición es que no haya sangre de por medio.
Me inspiré en las historias de terror japonés, donde juegan con el imaginario de la gente, con el miedo a tener alguna desgracia por hechos externos. Así es que realicé esta imagen donde la persona que lo recibe tiene que compartirla para evitar que se le haga realidad alguna de las pesadillas que tiene del modo de morir.