Vivimos en un mundo que se asusta del desnudo frontal masculino y busca educadamente la censura, pero si viviéramos en un mundo paralelo donde el arte puede mostrar el pene sin pena ¿cómo proyectarías tu obra? ¿Hasta dónde serías capaz de llegar si no existieran esos límites?


Con este díptico quise expresar el prejuicio que se tiene respecto a la imagen del pene influenciado por la religión y el concepto de pecado (representado por las manzanas). Incluso la postura de estar sosteniendo ese pecado para taparlo. Sin embargo, al mostrar, se está relajado y, aunque siga esa presencia religiosa presente, se puede convivir con ambas cosas.

  • Pene sin pena - Bóxer azul
  • Pene sin pena - Sin bóxer

Tengo miedo de consumir el mismo pecado que consumen ellos y sentir vergüenza de mi.

Entonces, suelto esa sensación al abismo y me abrazo a mi mismo.

Me veo tan bien cuando estoy vulnerable, con la piel maleable pero un corazón rudo y notable.

Todos somos espejo y reflejo, buscamos entre los trapos lo que debería estar a la vista, eso que me enseñaron a no mirar, a tenerle miedo cuando lo visualice, a tener vergüenza de pensarlo.

La libertad en los ojos equivocados es prejuicio en boca ajena, es una duda que me envenena haciéndome creer que soy pecado y pecador.

El tabú en la balanza de mis oídos, son disparos que aturden mi amor propio y provocan odiarme frente al resto y quererme solo en secreto.

Mi piel es un papel pegado a mi alma con engrudo, que huele a miedo, y aunque tenga los pies bien plantados en el suelo, cualquiera me puede voltear con una simple y dolorosa opinión.

Simplemente soy amor envuelto en piel y huesos y comprendo que, más allá de todo esto, hay un corazón en cada uno de nosotros que debe ser más valorado que la ropa que lo tapa y el pecado que lo rodea.

Dejé de revisar el ropero, y comencé a revisar mi ama al vuelo, no obligo a ningún corazón a sentir amor, sin embargo, por favor, se amable.

Juan Rodriguez